miércoles, 6 de febrero de 2013

Memoria y hallazgo de la Princesa de Éboli


Herrera Casado, Antonio: “La Princesa de Éboli. Una guía para descubrirla”. Guadalajara, 2000. Aache Ediciones. Colección “Tierra deGuadalajara” nº 30. 96 páginas, muchas ilustraciones y planos.

En su línea divulgativa, el cronista Herrera Casado aborda en este libro la biografía de doña Ana de Mendoza y La Cerda en un sentido inédito hasta ahora, y es considerar un personaje como elemento a descubrir por un viajero, como si se tratase de un paisaje, de un pueblo, de una aventura vital que refleja brillos y sorpresas a cada paso. De ahí el subtítulo.
Breve pero muy a lo concreto, este libro sin prólogo trae un primer capítulo dedicado a historiar sucintamente la villa de Pastrana en la Alcarria, un segundo dedicado a referir la biografía escueta, pero sin vacíos, de la protagonista doña Ana de Mendoza, con una página dedicada a su “Índice vital” o cronología de hechos claves.
Un tercer capítulo es el viaje por los “Lugares de Pastrana con huellas de la Princesa” justificando así que muchos de los visitantes de la villa alcarreña juzguen que en sus calles, plazas y edificios están las claves de la vida de la princesa, incluido el de su eterno reposo, en el enterramiento que queda en la cripta de la iglesia parroquial de la villa.
El cuarto capítulo nos presenta todos los lugares de Castilla en los que han quedado huella y recuerdo de doña Ana, porque en ellos vivió y en casi todos padeció. Así Cifuentes donde nace, Simancas donde vive algún tiempo, Madrid por supuesto, Pinto y Santorcaz donde queda prisionera,  y Pastrana.
En el quinto capítulo, el cronista nos presenta en galería las “Gentes y personajes en la vida de la Princesa” saliendo a relucir sus padres, su esposo el primer ministro de Felipe II, el propio rey católico, su secretario de Estado don Antonio Pérez y la aventura namorada que con la princesa vive, más Escobedo, su hija Ana, y un largo etcétera. Así se centra entre humanos como ella misma la vida de la princesa.
Un “Anecdotario” da cumplido remate a este libro tan entretenido, curioso, fácil de leer y útil, porque con él en la mano se recuerda una figura capital de nuestra historia y su puede viajar por la geografía viva de la Alcarria. Al final de todo hay algunos textos de otros escritores y analistas que centran un poco más a la princesa. Especialmente hermoso, grandioso incluso, es el poema que la dedicó José Antonio Ochaíta, que funde sobre el negro de su tristeza la brillantez alhajada de su vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario