jueves, 13 de noviembre de 2014

Vida y obra del Marqués de Santillana


Herrera Casado, Antonio: “El marqués de Santillana. Marco, ruta y significados vitales”. Aache Ediciones, Guadalajara, 1998. ISBN 84-87743-93-5. 84 págs., grabados diversos. 6 Euros.
Una completa monografía sobre uno de las figuras históricas claves en el desarrollo de la ciudad de Guadalajara: trayectoria vital, política y aliento cultural sobre la ciudad y provincia de Guadalajara. Con motivo del sexto centenario del nacimiento de esta figura del Renacimiento español, y eje durante la primera mitad del siglo XV de la vida política y cultural de Guadalajara, se presenta esta obra que ha resultado ser definitiva para el conocimiento preciso de este personaje en todas sus dimensiones.

Iñigo López de Mendoza fue hijo del almirante Diego Hurtado de Mendoza y de Leonor de la Vega. Le casaron muy joven, a los 14 años de edad, en 1412, con Catalina de Figueroa (1412), hija del maestre de Santiago, Lorenzo Suárez de Figueroa, y gracias a ello pudo formar su formidable patrimonio, hasta el punto de convertirse en uno de los grandes de España más poderosos e influyentes del siglo XV castellano.

Desde muy joven intervino en la compleja política de su tiempo, primero con don Fernando de Antequera, y más tarde con su hijo, el Infante Enrique, pasando luego al servicio directo de Álvaro de Luna. Su participación en las diferentes ligas y confederaciones de la nobleza castellana fue decisiva. De todo obtuvo importantes beneficios. Mantuvo a lo largo de su vida la fidelidad al rey Juan II, aunque se enemistó con Álvaro de Luna a partir de 1431. No por ello militó en el bando de los aragonesistas; en la batalla de Olmedo (1445) participó en las filas del ejército real,  tras lo cual el rey le concedió el marquesado de Santillana, espacio de la cordillera cántabra en la que había heredado importantes territorios de su madre. Iñigo López contribuyó claramente a la caída de Álvaro de Luna (1453), y a partir de entonces comienza a retirarse de la política activa. Su última gran aparición se produce en la campaña de Granada de 1455, ya bajo el reinado de Enrique IV. Después se retira a su palacio de Guadalajara para pasar en paz los últimos años de su vida.

Huérfano de padre desde muy pequeño, y también de madre en su adolescencia, se educó en la refinada corte aragonesa de Barcelona, donde mantuvo relación cultural con Jordi de Sant Jordi, copero, y Ausias March, halconero real, reuniendo a lo largo de su vida una notable biblioteca, que después quedó en la casa del Infantado y de los Osuna. Su idea de la literatura, aun tras haber pasado a los anales de los más altos poetas castellanos, es todavía estrictamente medieval, según se refleja en el famoso Proemio, o carta prologal a la colección de sus obras enviada a don Pedro, condestable de Portugal, que se tiene, con exageración de algunos, como la primera «historia de la literatura española».

Según la referencia bio-bibliográfica que en la Historia de España de Alianza Editorial (Madrid 1991) dirigida por Miguel Artola, escriben Juan Carlos Mainer y César Olivera Serrano, la obra del marqués de Santillana “es en realidad un reflejo de las ideas de poesía como ciencia y de la teoría de los estilos heredadas del siglo anterior y, en su aspecto más interesante, un testimonio del cambio de gustos nacido al calor de novedades internacionales que cita: el dulce stil nuovo italiano, el alegorismo francés de Alain Chartier y el Roman de la Rose y, sobre todo, el alegórico modo introducido en España por Francisco Imperial. En el estilo elevado que éste introdujo en el Cancionero de Baena— al que son consustanciales el ritmo acentual muy marcado del verso de arte mayor (dodecasilábico), el cultismo léxico crudo, la referencia mitológica y la alegorización sistemática— escribió Santillana sus composiciones poéticas de mayor empeño: Defunción de Don Enrique de Villena, Coronación de Mosen Jordi, Infierno de los enamorados, y la más larga Comedieta de Ponza, donde se lamenta de la derrota naval sufrida por Alfonso V de Aragón y alude a su victoria final (de ahí, como en su modelo Dante, el curioso título de «comedia», que apunta al final feliz de los hechos).

Sobre modelos petrarquistas y dantescos escribió también sus cuarenta y dos sonetos «al itálico modo», primeros en la lírica española tras un par de Villalpando. Al tono moralizante y más simple de expresión corresponden su Doctrinal de privados (feroz ataque contra el de Luna), los Proverbios de gloriosa doctrina y el diálogo de Bías contra Fortuna, quizá el que reúne más afortunados momentos en la glosa de tópicos senequistas y en su presentación de un tema —las mudanzas de fortuna— tan de su época. Más numerosas son sus poesías de tema amoroso al modo cancioneril: entre ellas tienen particular relieve sus encantadoras serranillas (donde el tradicional encuentro amoroso de serrana y señor se estiliza mucho sobre los modelos anteriores) y el Villancico a sus tres hijas, atribuido en algunos lugares a Suero de Ribera, que ensarta con delicada gracia cancioncillas”.
En este libro de Herrera Casado, se atiene el autor a la sistemática estructuralista para analizar la vida y obra del marqués de Santillana. Y así surge el análisis de los ancestros, viendo al marqués como heredero de una estirpe larga, antigua, los Mendoza. Analizando luego las fechas claves de su vida, y entrando después en el examen de los hitos principales de su obra: la política, la literatura, el arte y la familia.

Es la estructura de esa vida y obra la que ocupa la parte principal del libro, viendo primeramente el marco vital (el territorio y la historia), luego la ruta vital (nacimiento y educación, ejercicio político, ejercicio señorial, ejercicio humanista, ejercicio literario y protector de las artes) acabando con los significados vitales, que son la Guerra y la Paz, discurriendo numerosas de sus anécdotas a través de las facies múltiples de esos dos antagónicos presupuestos.


El libro, pequeño, de 80 páginas, se lee con facilidad y supone el apoyo para cualquiera que decida saber, en serio y rápidamente, quien fue Iñigo López de Mendoza, y qué fueron sus hechos, sus obras, sus recuerdos. 

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