martes, 16 de agosto de 2016

Sapos y culebras en el valle del Henares

Roberto Mangas Morales: “Guía de Vertebrados en la Vega del Henares y en la Campiña”. Aache Ediciones. Colección “Tierra de Guadalajara” nº 63. Guadalajara, 2006. 152 páginas, todas ellas ilustradas a color. P.V.P.: 15 €.

Se trata de un gran catálogo de los animalesvertebrados que pueblan las tierras de en torno al Henares. Esto es lo que nos propone este libro destinado a la divulgación del entorno natural, protagonizado en este caso por peces, anfibios, reptiles y mamíferos que pueblan las aguas del Henares y los bosques, humedales, caminos y peñascales de la zona.

El libro ofrece casi un centenar de especies animales que se mueven por el agua, charcas y praderas de la Vega del Henares. Los vertebrados tienen una larga historia de vida sobre la tierra: desde los más primitivos, que son los peces, a los más evolucionados, que son los mamíferos, el Henares junta una buena nómina de especies, entre las que saltan a la vista algunas que vemos todos los días, o entre ellas escondidas se agazapan otras muy raras, que rara vez alguien habrá visto pero que sin duda existen, tienen latido y sonido, color y memoria entre nosotros.

Un escritor ya veterano en estas lides de la divulgación naturalista, como es el zamorano (pero azudense de corazón) Roberto Mangas Morales, periodista y analista de memorias y realidades, es quien se lanza al análisis de la fauna vertebrada en nuestro entorno. Haciendo primero una labor de recuento, una tarea pesada y en principio poco vistosa de recopilación bibliográfica que le permita hacer la lista, definitiva y segura, de las especies que pueblan la zona. Con ella, se esfuerza en dar características esenciales y hábitats de los referidos animales, consiguiendo unos textos, en forma de fichas breves, que retratan con exactitud y claridad a los animales que presenta.

Además encuentra para la ocasión la colaboración, que es capital para lograr un libro bello y útil, de varios artistas, que deben ser mencionados, de arriba abajo, porque con sus siluetas han completado un catálogo sensacional. Son Úrsula Peñafiel, J. Félix Sánchez Baranda, Santiago García-Clairac, Miguel Angel Calvo Gómez, Irvis Manul y Luis González Echevarría.

Descripción de las especies más singulares

Roberto Mangas nos ofrece, al comienzo de su obra, una visión general de la geografía de la Vega del Henares y de su circundante Campiña. Con una memoria geológica del terreno, con una “historia natural” del río, y con un sencillo pero eficiente análisis de los espacios que se crean entre el agua, los juncales y cañamares, los sotos y riberas, y las extensiones de pan llevar o regadío, nos retrata la tierra en que vivimos con nitidez y valor suficiente para que a continuación comprendamos por qué son unos, y no otros, los animales que la pueblan.
De los peces cabe decir que andan los pobres sobreviviendo como pueden: de una parte al vertido de aguas residuales procedentes de núcleos urbanos y polígonos industriales que han llegado a provocar durante años la casi completa desaparición de cualquier vestigio de este tipo de vertebrados en tramos completos de su cauce. Pero afortunadamente (en palabras del autor del libro) “esta tendencia está invirtiéndose gracias a la construcción de nuevas estaciones depuradoras. Por ello, quizá, los únicos peligros que se vislumbran en el horizonte más cercano son, por un lado, el excesivo recalentamiento del agua como consecuencia del incremento paulatino de las temperaturas de un verano a otro, y, por otro, la constante introducción de forma intencionada e ilegal de especies exóticas, piscicarnívoras, muy voraces”. Esta práctica, que se hace para dar mayor emoción al deporte de la pesca, incide en el descenso de ejemplares autóctonos.
De esos peces merece recordarse el barbo, la boga de río, el calandino y el cacho. Tanto el pez gato como el pez sol se han introducido para la pesca deportiva, pero al ser especies muy depredadoras de las autóctonas, y muy agresivas, que pueden llegar a medir más de medio metro, están incidiendo en esa disminución de las especies más tranquilas.
De los anfibios, están catalogadas un total de doce especies, de un total de las 29 que hay en toda España. Se encuentran todas éllas en las zonas húmedas del río Henares, en el Refugio de Fauna y Zona Sensible de Protección Concertada “Acequilla del Henares” (Azuqueca de Henares), y en el resto de arroyos y fuentes naturales o artificiales de agua y abrevaderos de animales. Todas corren peligro, y sería una pena perder a vecinos tan graciosos como la ranita de San Antonio, la de los grandes ojos prominentes, que gracias a sus extremidades ventosas ascienden por hierbas y hasta se suben a los árboles. Otras curiosas y que merece buscar son la salamandra, los sapillos y sapos diversos, entre ellos el singular sapo partero, cargadas de huevos sus espaldas.

Respecto a los reptiles, en la Vega del Henares están catalogadas un total de 19 especies autóctonas –y una alóctona, la Tortuga de Florida–. Nos dice Mangas que “salvo media docena de especies adaptadas para el medio acuático, el resto son animales preferentemente esteparios, por lo que se encuentran preferentemente en la Campiña”. En ellos radica el peligro de su supervivencia, pues salvando la Zona de Especial Protección de Aves, la ZEPA “Estepas cerealistas de la Campiña”, situada entre Villanueva de la Torre y Quer, protegida por las leyes de la Unión Europea, el resto de campos de esta comarca natural están sufriendo un grave deterioro medio ambiental: la masiva construcción de urbanizaciones y polígonos industriales conlleva el desplazamiento de cientos de animales de su hábitat natural hacia otros territorios y, en muchos casos, hacia la desaparición total.

De los reptiles vemos en este precioso libro/catálogo las fotos y dibujos de varios tipos de culebras: la de collar, la de cogulla, la bastarda y la de escalera. Es muy curiosa la “culebrilla ciega”, que parece un gran gusano porque vive bajo tierra excavando galerías y tiene unos ojos muy muy pequeños. Son llamativos y rarísimos de ver los “eslizones”, unos reptiles pequeños que están entre la culebra y la lagartija. Además encontramos y las fichas nos explican la vida de los galápagos, las diversas especies de lagartijas, el lagarto, la salamanquesa y, ¡no podía faltar! la temible víbora hocicuda, tan venenosa...

Entre los mamíferos sabemos que “en nuestro entorno nos podemos encontrar desde numerosas especies de quirópteros, atraídos por el buen número de cuevas que jalonan los acantilados rocosos del río Henares, así como pozos y construcciones humanas abandonadas o en estado de ruina, a Corzos, cada vez más habituales en el monte bajo integrado en las estepas cerealistas de la Campiña. Jabalíes o Garduñas, Tejones o Ginetas, buscan alimento junto a asustadizos Conejos y Musarañas que huyen al menor ruido. Y si nos acercamos hasta las aguas del Henares, curso arriba, en busca de los tramos más puros y cristalinos, podemos llegar a encontrarnos con especies tan emblemáticas y necesitadas de protección, como la Nutria o el Desmán de los Pirineos”.

Estas palabras de Roberto Mangas nos llevan a repasar, hoja por hoja, este magnífico libro en el que nos encontramos, finalmente, y antes de los correspondientes y útiles índices, las fichas relativas a estos mamíferos, entre los que destacan el zorro que vemos correr por montes y campos, las ardillas, los erizos, y los grandes que sufren el acoso de los cazadores: jabalíes, conejos y liebres.

Pero hay otros curiosos, que no nos resistimos a destacar. Así el musgaño enano, uno de los mamíferos más pequeños del planeta, puesto que no pasa su cuerpo de los 5 cms. de longitud, y su peso nunca alcanza los 3 gramos. O los murciélagos, tan feuchos pero tan útiles comiendo mosquitos. Hay en el Henares muchas especies, como los ratoneros, los rabudos, el de herradura, o el enano, tan pequeño como que tampoco supera los 5 cms. de cabeza a cola.

Entre los mamíferos está la bellísima nutria, reseñada como propia de la fauna del Henares gracias al estudio realizado por Miguel Delibes para la sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos (SECEM). A esta “nutria paleártica” como se la denomina científicamente se la ve cada vez más en los remansos del río, gracias a la construcción de depuradoras en muchos de sus pueblos ribereños.


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